Luz Alba Cañón (Colombia)
Qué actitudes impulsan a los líderes en tiempos de cambio
En tiempos de incertidumbre, cuando el camino es incierto y ambiguo, cuando el miedo nos invade y muchas veces la desesperanza llega, viene bien preguntarnos:
¿Qué han hecho aquellos que lo han logrado?
Son muchos los que a través de su legado o su historia podemos mencionar, como la Madre Teresa, Viktor Frankl, Mahatma Gandhi o Nelson Mandela, a quien me refiero con la última estrofa del poema escrito por William Ernest Henley, y dado a conocer en la película Invictus, que relata la vida de Nelson Mandela durante su cautiverio, en la prisión y su salida después de 27 años, para convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica en 1994 y dejar un legado al mundo.
Todos ellos han desarrollado una actitud de aceptación como primer paso, y se han inspirado en un propósito que refuerza su determinación para continuar el viaje de la vida, para darle sentido al sufrimiento padecido en ese momento, y encontrar un “para qué”.
Un “para qué” que sustenta una visión de quienes son y les ayuda a proyectar el futuro apoyándose de manera resiliente en las experiencias vividas, rescatando las lecciones aprendidas a partir de las derrotas, de los embates de la vida y convirtiendo el sufrimiento y el dolor en un desafío con sentido positivo, aunando hasta el último aliento de vida, sin desfallecer.
Tal vez, se han inspirado en un poema, en una oración, en un recuerdo, en una persona, en un propósito, o imaginado vívidamente el reencuentro y la libertad, sintiendo en cada momento en quién se convierten en ese instante en el cual la noche oscura del alma haya terminado.
Es de esta forma, como los líderes pueden encontrar su propia visión para ser un modelo y un ejemplo para sus equipos. En consecuencia, potencian su resiliencia, se engrandecen, se desafían a a sí mismos para continuar el camino y convertir el cambio en oportunidad, para crecer y desarrollarse, motivándose por el logro y el crecimiento que tanto las organizaciones como las personas involucradas alcanzan con sus aportes.
Es por ello, que en tiempos de cambio y de crisis, el desarrollo de los líderes y de los equipos debe de ser una prioridad para las organizaciones; ya que cuando las personas se sienten atendidas escuchadas, contenidas y orientadas, desarrollan todo su potencial y lo ponen en valor, ayudando al crecimiento de las organizaciones con determinación, profunda convicción, pasión y orgullo por lo que hacen y por lo que son.
En este ambiente se capitalizan los errores y se convierten realmente en oportunidad, donde se motiva el despertar de la creatividad y las personas se desempeñan con consciencia, uniendo su propósito de vida con la cultura de la organización, cooperando y creciendo como individuos y sintiendose felices de ser “parte de” organizaciones coherentes.
Todos los líderes que construyen una visión de presente y futuro, se ocupan de su crecimiento y desarrollo al igual que el de sus equipos, empoderándose a sí mismos y a quienes los rodean. Tienen una mirada integral del mundo y perciben los cambios como oportunidad de renacimiento, de reinvención e innovación. Se permiten la vulnerabilidad y eligen ser humildes; lo cual les permite levantarse con fuerza de las caídas inevitables y enfocarse en su propósito hasta convertirlo en realidad, para luego ir por el siguiente objetivo, siempre manteniéndose en constante construcción de sí mismos y de quienes los rodean.
No en vano, el poema al inicio de este artículo nos invita a ser “el amo de nuestro destino y el capitán de nuestra alma” como palanca para afrontar los desafíos que trae el cambio y convertirnos en verdaderos gestores de cambio.
De ahí que, The Growth Management con un soporte teórico y científico, se destaque por acompañar personas, líderes, equipos y organizaciones con el despliegue y aplicación de prácticas que efectivamente permiten potenciar su crecimiento, desde el cambio como oportunidad.